lunes, diciembre 06, 2004

Tardes londinenses

Aun cuando parezca que nada puede salir peor, algo peor pasara
Ley de Murphy


Se me presento uno de esos fines lluviosos de diciembre quien sabe por que pero como que en diciembre me pega mas la nostalgia quisiera estar en casa, con mi familia con mi novia y tener cerca de mis amigos, pero se sabe que es complicado el trabajo y la distancia nos ponen en predicamentos de tiempos y responsabilidades, el sábado me amaneció lluvioso y como dice la canción me puse sentimentalón, pa colmo la señal del Sky se había cachiruleado y lo único que podía ver era el Teletón y sus historias de superación personal que me arrancaban pedacitos de mía alma y me sampurraban cada vez mas en el interior de mi cama lego cuando el Beto Aspe y el Ricardo Peláez fueron a darle animo al morrito que era una churea pal fut y que una enfermedad rara lo dejo inmóvil simplemente me destrozaron así que decidí salir al súper y comprar algo, pero el día no se prestaba navegue por el rió Aramendia y luego tome la avenida pluvial Yánez hasta llegarle al hasta llegarle al L. Rodríguez enfile hacia el Sams, pajaree como una hora mientras veía mercancía que se me antojaba a precios elevados por la temporada, vi cosas que podían ir de adorno en mi casa de esas chucherias que le gustan a mi madre, dos tres osos de peluche con los que pudiera guerrear al martincito, muñecas, monos, películas CD´s, DVD´s Etc. Pero lejos de reconfortarme la caminata por el transnacional comercio, me dejo mas vacío entonces no tuve mas que tomar en mis manos un paliativo de 12 latas de aluminio pensando que esto atacaría de manera frontal el agüite, las pague y las metí en la hielera llegue a mi casa al filo de las 16:00 Hrs. Comí y me acosté en el sillón de la sala a leer las letras de Tolkien me trasportaron a un mundo de fantasía que mágicamente se apodero de mis sensaciones me trasporte aquella campiña bañada por el roció matinal, mis pies descalzos de Hoobit sintieron la caricia fría del barro entre los dedos y mi rostro no tuvo mas que dejarse acariciar por el aire que soplaba fuerte sobre mi pelo, emprendí la carrera hacia el horizonte, me había vencido el sueño y no había tenido que recurrir a nada para sentirme mejor solo las letras de Tolkien y la relajación del alma, hoy amaneció londinense una vez más, tratare de tomarlo de ma mejor manera sentarme en la puerta y ver llover si llueve tal como lo hacia de pequeño desde una ventana en la casa…